Las descargas digitales, ¿Es realmente el futuro que nos espera?

Siempre me he considerado un jugador bastante tradicional, de los que prefieren una buena cruceta a un pad analógico o una partida con los amigos y unas cervezas antes que la experiencia online definitiva.

A pesar de mi conservadurismo he disfrutado mucho con todas las máquinas de la actual generación y sus diferentes propuestas lúdicas. Una etapa marcada por el abuso de los periféricos (WiiMando, Kinect, Move…) que en ocasiones ha sido injustamente infravalorada. De todas las consolas disponibles en el mercado a día de hoy, os podría decir al menos tres títulos para cada una de ellas que hacen que su compra merezca la pena.

Pero si hay algo con lo que no he conseguido transigir es con la nueva moda de los DLCs y, sobre todo, con las descargas digitales. Y es algo que en cierto modo me preocupa, ya que todo indica que el futuro tiende hacia contenidos únicamente etéreos. Solo hay que ver las ventas de plataformas como Steam o AppStore y la presentación de los últimos videojuegos físicos que se pueden encontrar en las tiendas, formada en su mayor parte por una escueta caja de DVD con una miserable hoja indicando los controles básicos. ¡Si incluso podemos comprar los mismos juegos en el servicio de descargas de Microsoft, Nintendo o Sony!.

¿Estamos ante la muerte del formato físico?¿A partir de la próxima generación todos los videojuegos se ofrecerán exclusivamente de forma digital? Para tratar de dar una respuesta a esta pregunta voy a hacer un pequeño repaso a los distintos servicios de descarga que ofrecen las compañías punteras en nuestro medio, aprovechando también para hablar de su posible futuro. Por supuesto todas estas líneas proceden únicamente de mi experiencia personal y son una opinión totalmente subjetiva. No hagáis mucho caso a los siguientes párrafos, son simplemente delirios de un viejo jugón que ama profundamente el abrir una caja, hojear las instrucciones y -solo tras este ritual- poner el juego en la consola para echar una partida.

Comencemos hablando de Nintendo, los grandes ganadores en esta generación. La Gran N nunca ha sido precisamente un adalid de los contenidos digitales. Su forma de entender el juego online ha sido ampliamente criticada, y su tienda virtual es extremadamente cara (¿4 euros por un juego de Game boy?¿En serio?), visualmente muy poco atractiva y cualquier cosa menos amigable. Parece que la llegada de Wii U ha traido consigo una mejora en el apartado estético, pero los precios siguen siendo disparatados. Tienen grandísimos títulos clásicos que harían mojarse hasta al jugador más exigente, pero parece que no saben como venderlos.

Además de su dejadez hasta este tipo de servicios me gustaría destacar otro gran defecto que en un futuro puede llegarles a pasar factura: las dramáticas bajadas de precio tras pocos meses en el mercado de sus productos. 3DS bajó ¡casi 100 euros! en un espacio de tiempo sorprendentemente corto. Ahora los nuevos compradores de Wii U reciben prácticamente gratis New Super Mario Bros. U, algo que no pudieron disfrutar los que compraron la máquina el día de lanzamiento. Y los compradores de 3DS ven con espanto como todo aquel que comprara una 3DS XL recibe de forma gratuita un juego completo de la calidad de Profesor Layton o Super Mario 3D Land.

Es evidente que la intención de los chicos de Nintendo es captar cuantos más compradores mejor, pero no deberían dejar de lado a sus verdaderos seguidores, aquellos que la llevan siguiendo años y que soportaron la compañía en la época de vacas flacas con su fidelidad. Sea como fuere, las buenas ventas de 3DS garantizan la continuidad de la compañía en futuras generaciones, aunque Wii U no haya arrancado tan bien como en su momento lo hizo Wii, cosa evidente por otra parte (crisis económica y precio elevado, ausencia de elementos verdaderamente innovadores y potencia similar a PS3 y Xbox 360). Me atrevo a asegurar que serán los últimos en abandonar el formato físico, simplemente porque han demostrado claramente que no les gusta.

En lo que respecta a Microsoft, el mercado digital es algo a lo que supuestamente le tenían cogida la medida. Fueron pioneros en este tipo de servicios, estableciendo el sistema de logros en la industria, ofreciendo grandes juegos a precios razonables y un interfaz de descargas excelente, limpio e intuitivo. Además, su entrada a nuestro medio fue espectacular, dejando de lado la soberbia que podría caracterizar a una empresa tan grande para ofrecer un gran producto. Por citar un ejemplo, el servicio de atención al cliente de Microsoft ha sido hasta el momento el mejor con el que he tenido la suerte de encontrarme.

Pero de un tiempo a esta parte sus precios han subido demasiado y la competencia le ha recortado claramente terreno, lo que les obligará a dar el do de pecho en el futuro. Especialmente frustrantes resultan los irrisorios descuentos y las ridículas ofertas -800 MS points un juego arcade-, pero sobre todo el hecho de que para poder jugar online sea necesario hacerse una cuenta Gold, máxime cuando en el resto de compañías es un servicio totalmente gratuito. Han pasado de liderar el mercado digital a ser un competidor más.

Con un parque de máquinas muy amplio y habiendo exprimido ya prácticamente al 100% su 360, Microsoft prepara el lanzamiento de una nueva máquina de la que ya se empiezan a conocer algunos datos. Parece ser que para la próxima generación la compañía de Bill Gates seguirá confiando en el formato físico como soporte principal (se rumorea que usará discos BlueRay). Confiemos en que además retomen la senda del éxito en el mercado digital volviendo a las pautas que les hicieron triunfar en sus inicios: Humildad, innovación y buenas ofertas.

Por su parte, Sony comenzó la actual generación con todas las alarmas encendidas y un exceso de soberbia por el que fueron severamente castigados. Su consola no vendía lo esperado dado su elevado precio y Playstation store era excesivamente lenta, poco amigable y austera en cuanto a contenidos. Poco a poco ha logrado conseguir mantenerse en el mercado, aunque lejos quedan sus años de tiranía en los que su consola se comía entero el pastel de los videojuegos.

Contrariamente a lo que ha ocurrido con Microsoft, Playstation store ha ido de menos a más, mejorando su oferta y servicios dsponibles. Aunque los precios son similares a los que Microsoft emplea en Xbox Live y sigue ofreciendo un sistema de navegación bastante lento, Sony ha jugado maravillosamente una carta que tiene vistos de ser un gran baluarte para estos servicios digitales: Playstation Plus. Por 40 euros anuales la compañía nos ofrece suculentos descuentos en la compra de juegos y, lo más importante, un buen número de títulos Triple A disponibles para descargar DE FORMA GRATUITA a lo largo del año. Una especie de videoclub virtual que ya está siendo un verdadero éxito, en el que si además dispones de PS Vita pasa a convertirse en un imprescindible, ya que por el mismo precio anual podremos descargar juegos para ambas consolas.

Sony es Sony, y aunque PS Vita esté teniendo unas ventas paupérrimas su presencia en la siguiente generación está más que garantizada con el proyecto Orbis, el supuesto nombre en clave de la nueva Playstation. Poco se sabe al respecto, pero parece lógico que dicha máquina mantenga como soporte el ya famoso BlueRay que con tanto ahínco nos ha intentado vender la compañía del Walkman en los últimos años.

Viendo el estado actual de sus máquinas y los supuestos planes de futuro de las compañías más importantes del sector parece claro afirmar que la próxima generación NO será la primera sin videojuegos en formato físico. Es evidente que en los próximos años ambos formatos coexistirán en armonía. ¿Hasta cuando? Posiblemente hasta que dichas empresas den con la tecla y consigan hacerse con la confianza de los consumidores en este tipo de servicios.

Aunque vaya en contra de mis principios como coleccionista  voy a atreverme a dar un consejo a los directivos de aquellas empresas que sueñan con un futuro digital: simplemente paseen un rato por la AppStore o por Steam. Dos ejemplos de buen funcionamiento, sencillez, grandes títulos y precios más que adecuados ante los que hasta a un cascarrabias como yo le cuesta resistirse.

Que nadie se lleve a engaño, AHÍ precisamente está la clave del futuro digital, que las compañías decidan ganar un poco menos por cada título individual para obtener unos beneficios mayores y acabar casi definitivamente con la piratería. Al final todos saldríamos ganando. Pero lo que no suena factible es pretender implantar un sistema de videojuegos descargables cuando estos valen EXACTAMENTE lo mismo en sus versiones digitales que en la correspondiente copia física. Así, desde luego, NO.